29.9.06

COLLEGIA FABRORUM


INTEGRANTES DE LOS COLLEGIA TRABAJANDO

Los "collegia fabrorum" eran en Roma las agrupaciones corporativas de los artesanos que se ocupaban en la construcción. Los obreros, maestros y arquitectos que habían recibido la tradición de los arquitectos griegos y sus conocimientos sobre la forma de trabajar la piedra, que a su vez la habían recibido de los arquitectos del antiguo Egipto.
La geometría era la base del arte de la construcción y de la arquitectura clásica y constituía, según los griegos, el desarrollo de las ideas contenidas en las formas geométricas, entendidas éstas en su aspecto puramente cualitativo, de igual manera que en todas las tradiciones de las civilizaciones en la historia antigua.
La geometría es por excelencia la ciencia en la época clásica, estrechamente relacionada con la ciencia de los números, ya que la geometría es realmente el cuerpo del número, tal como pensaban los pitagóricos, de una energía o fuerza en acción, de un poder divino que al plasmarse en la sustancia receptiva del mundo y del hombre la actualiza y la hace inteligible, esto es, la ordena al conjugar y armonizar sus partes dispersas.
Aquella frase que estaba en el frontispicio de entrada a la escuela platónica: "Que nadie entre aquí si no es geómetra", podría estar perfectamente en la entrada a las basílicas de los Collegia fabrorum romanos. La geometría necesitaba de un proceso de iniciación para su conocimiento y práctica. Podemos decir que como ciencia iniciática y sagrada tenía el carácter de secreto para el profano.

En el siglo I a.C., tanto Vitruvio Polion como Marco Agripa destacaron como principales integrantes de los "collegia fabrorum" romanos; sus estudios sobre la arquitectura clásica y sus reglas geométricas para la construcción de edificios y ciudades fueron recogidas en el tratado de arquitectura del primero, ó en las obras que el segundo levantó por todo el territorio del imperio Romano.

Ianus
Estas corporaciones rendían un culto especial a Ianus, el dios de la astronomía y la arquitectura, en cuyo honor se celebraban en Roma las dos fiestas solsticiales correspondientes a la apertura de las dos mitades ascendente y descendente del ciclo zodiacal, es decir, a los puntos del año que, en el simbolismo astronómico representan las puertas de las vías celestial e infernal (Janua Coeli y Janua Inferni).
Como personaje en la mitología romana, Jano es hijo de Apolo y Creuza. En tanto primer rey de Italia, condujo a una colonia al Lacio y la instaló sobre una colina, denominada alusivamente "Janícula" (colina de Jano) donde más tarde se levantaron los muros de Roma.
Cuando Saturno fue expulsado del Olimpo por su hijo Júpiter, fue a refugiarse en los dominios de Jano, quien lo acogió y lo asoció a su reinado. En agradecimiento, el dios olímpico le doto de una curiosa facultad: la de ver con toda claridad y al mismo tiempo el pasado y el porvenir para regirse con sabiduría en las circunstancias del momento.

DIOS JANO



TEMPLO DE JANO EN ROMA



Su templo tenía 12 altares, uno para cada mes del año, y su forma era cuadrangular, representando las cuatro estaciones del año, en cuyo lado sur se colocaba su estatua fundida en bronce. Semejante al Mitra de los Persas, es mediador entre los mortales y los inmortales, el que eleva las plegarias de los hombres a los pies de las divinidades.
En el curso de su tratado sobre los Fastos, Ovidio hace decir a Jano "me penes est unum vasti custodia mundi", lo caracteriza como aquel que, él sólo, custodia el universo. Jano posee una relación especial con el universo, centrada sobre el mantenimiento de la armonía cósmica y sobre los ritmos que la expresan.

Los Pontífices
Los Pontífices era el colegio sacerdotal sobre el que giraba el culto romano, vigilaban de la correcta ejecución de los templos y lugares sagrados por los integrantes de los Collegia fabrorum, de los cultos en ellos practicados e incluso de las ofrendas en ellos presentadas. Y a ellos se les confiaba especialmente la custodia del templo de Jano. Los Pontífices elegían entre ellos al "Pontifex Maximus". Era un cargo vitalicio y estaba considerado como el auténtico jefe de la religión en Roma: controlaba todos los demás colegios sacerdotales.
Octavio Augusto, fue propuesto en varias ocasiones al cargo de Pontífice Máximo, pero él declinó la oferta por estar en ejercicio todavía su antecesor. Elevado al rango de Pontífice Máximo a la muerte de este en el año 12 a.C., consiguió la identificación de los poderes civiles y religiosos, al convertirse en el máximo responsable tanto del estado como de la religión.
El Pontífice Máximo celebraba el agonium del 9 de enero, la fiesta propia del dios Jano: "Janus Agonali luce piandus erit". En tal período el rex sacrorum sacrificaba un carnero negro en la Regia, el edifico del Foro.

La fecha del 9 de enero, fiesta principal para los Collegia fabrorum (es aún hoy en día la fiesta patronal de los arquitectos), representaba en Roma desde el punto de vista litúrgico el inicio verdadero y propio del año sagrado bajo el signo de Jano, para recomenzar después el nuevo ciclo anual en el mes de Jano, Januarius.

Dentro de lo que se conoce como programa de "monumentalización" augustea, el emperador se ocupó de la restauración de los viejos templos, acatando sin reparos los consejos de Horacio, quien había escrito que los romanos habrían de expiar inmerecidamente los delitos de sus mayores hasta que hubieran reconstruido los templos y las moradas ruinosas de los dioses y sus imágenes ensuciadas por el negro humo. Augusto, igualmente, se ocupó del restablecimiento de los antiguos cultos y rituales, así como de completar los colegios sacerdotales, que habían caído, prácticamente, en el olvido.
Augusto, como Pontífice Máximo se ocupaba de la correcta fundación de las ciudades que durante su mandato se crearon en los territorios bajo su control. Estas debían de ser proyectadas de acuerdo a las reglas de la geometría que se estudiaban en los Collegia fabrorum y que permitían una correcta interpretación del rito sagrado.

© Carlos Sánchez-Montaña






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